Los equipos municipales de Parques y Jardines del Concello de Allariz trabajan a toda marcha para instalar los 10 proyectos finalistas del concurso del Festival Internacional de Jardines. Mientras, en Paisajes Reales, ya hemos empezado a disfrutar de ellos.
'Cantos de Sirena', de Nuria Freire y Camilo Blanco (CEN Arquitectos)
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| 'Cuentan las leyendas que el canto de una sirena es el más bello de los sonidos, capaz de cautivar a quien lo escucha, desviando su camino y atrayéndolo sin remedio' |
Nuria y Camilo comentan que normalmente enfocan los proyectos partiendo de un análisis y estudio previo del lugar. Sin embargo en este caso dicen que el proceso fue algo diferente al tratarse de una parcela para un festival de jardines. Como punto de partida tenían la temática, como ya sabemos “La Música en el Jardín”, y algunas características de la parcela a tener en cuenta en el diseño. Principalmente querían que la gente pudiese participar del jardín, que fuese algo interactivo… 'los espacios tienen que ser divertidos'. Para conseguir esto les parecía fundamental contar con el elemento sorpresa, y teniendo en cuenta las dimensiones del espacio, surgió la idea del laberinto.
A los paisajistas les parecía atractivo el concepto del jardín introvertido en el que te adentras sin saber lo que vas a encontrar. Hay tan sólo un recorrido que te lleva a la salida, pero muchas opciones para perderte: espacios para los sentidos, donde la riqueza de vegetación aporta color, aromas y sonidos de la naturaleza. Apoyándose en la metáfora de los cantos de sirena necesitaban un reclamo, algo que hiciera que los visitantes se desviaran del laberinto para encontrar los jardines secretos, y qué mejor que la música. Hay una instalación sonora en cada jardín secreto con melodías creadas por Nuria y Camilo en base a las sensaciones y ambientes que deseaban potenciar. Una vez terminada la visita al jardín el visitante podrá descargarse las canciones y llevárselas de recuerdo.
El laberinto es austero, los jardines secretos guardan toda la riqueza. Durante el recorrido por el laberinto aparecen algunos obstáculos en lugares estratégicos, como barreras arbustivas o láminas de agua que además reflejarán la vegetación. Desde algunos de estos puntos se pueden divisar los jardines secretos, pero las barreras nos impiden alcanzarlos. El efecto sorpresa, la intuición, la búsqueda, son elementos propios del laberinto, a potenciar a través de estos criterios de diseño.
La construcción del jardín se divide en dos grandes apartados. Por un lado la realización de los paramentos verticales que conforman el laberinto: bandas de tela arpillera formando ondas para potenciar la sensación de movimiento sobre blancas estacas de madera colocadas según una retícula base.
El material vegetal tiene como principal función el hacer de los jardines secretos unos espacios que estimulen los sentidos. El arbolado dará sombra y servirá de referencia desde otras partes del laberinto: Betula pubescens, Ginkgo biloba, Liquidambar styraciflua, Quercus robur, Prunus cerasifera 'Nigra' y Magnolia x soulangeana. Habrá una amplia selección de aromáticas que activen el olfato y el gusto. Arbustivas de género calluna, erica o cytisus aportarán distintos colores a lo largo del tiempo, siempre buscando el bajo mantenimiento. Por último se completan los bordes con herbáceas para completar la paleta cromática del proyecto.
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A los paisajistas les parecía atractivo el concepto del jardín introvertido en el que te adentras sin saber lo que vas a encontrar. Hay tan sólo un recorrido que te lleva a la salida, pero muchas opciones para perderte: espacios para los sentidos, donde la riqueza de vegetación aporta color, aromas y sonidos de la naturaleza. Apoyándose en la metáfora de los cantos de sirena necesitaban un reclamo, algo que hiciera que los visitantes se desviaran del laberinto para encontrar los jardines secretos, y qué mejor que la música. Hay una instalación sonora en cada jardín secreto con melodías creadas por Nuria y Camilo en base a las sensaciones y ambientes que deseaban potenciar. Una vez terminada la visita al jardín el visitante podrá descargarse las canciones y llevárselas de recuerdo.
La construcción del jardín se divide en dos grandes apartados. Por un lado la realización de los paramentos verticales que conforman el laberinto: bandas de tela arpillera formando ondas para potenciar la sensación de movimiento sobre blancas estacas de madera colocadas según una retícula base.
El material vegetal tiene como principal función el hacer de los jardines secretos unos espacios que estimulen los sentidos. El arbolado dará sombra y servirá de referencia desde otras partes del laberinto: Betula pubescens, Ginkgo biloba, Liquidambar styraciflua, Quercus robur, Prunus cerasifera 'Nigra' y Magnolia x soulangeana. Habrá una amplia selección de aromáticas que activen el olfato y el gusto. Arbustivas de género calluna, erica o cytisus aportarán distintos colores a lo largo del tiempo, siempre buscando el bajo mantenimiento. Por último se completan los bordes con herbáceas para completar la paleta cromática del proyecto.
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