Este
año se cumple un siglo de existencia del Royal Horticultural Society
"Chelsea Flower Show", cuyo nombre oficial es el de "Great
Spring Show", aunque prácticamente no se utiliza. Este festival de la
jardinería y la horticultura británica se celebra desde antes de 1833, bajo
distintas denominaciones y en diversos lugares de la capital británica. Hace un
siglo, se instaló definitivamente en los terrenos del Royal Hospital Chelsea,
donde ha arraigado hasta convertirse en el festival de jardinería más
importante del mundo. Comienza, tradicionalmente, el 21 de Mayo, y dura cinco
días.
En la
víspera de la inauguración se celebra una gala especial para los
patrocinadores, autoridades y los patrones del evento, presidida por la reina
de Inglaterra. Los dos primeros días del "Chelsea Flower Show" están
reservados a los socios de la RHS, mientras que los tres restantes se dedican
al público general. El evento es de pago y es preciso obtener las entradas
antelación: muy a menudo están agotados los 157.000 pases permitidos en las 4,5
hectáreas del festival antes de su inauguración. El festival está abierto de
las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde, excepto el día 25 que cierra
sobre las cinco de la tarde, después de
esa hora, es posible comprar entradas que permiten el acceso al recinto a
precio de descuento, pero en lugar de visitar el festival se visita su cierre.
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El Príncipe Harry y el Príncipe Edward. Fotografía de Yuko Tanabe |
Aunque
el festival ofrece diversas atracciones, el evento principal es la competición
de jardines efímeros que se construyen cada año en un plazo máximo de 25 días.
Existen diversas categorías de temática libre, pero la más prestigiosa es la
conocida como “Show Garden”, en la que compiten un máximo de quince diseñadores
de reconocido prestigio acompañados de patrocinadores solventes, dispuestos a
aportar un mínimo de un cuarto de millón de euros si consiguen pasar el
estricto proceso de selección. Sorprendentemente, lo normal que cada año se
quede fuera un número considerable de participantes, algunos de ellos muy
conocidos en el mundo de la jardinería y el paisajismo, a los que se les ofrece
la posibilidad de participar en las categorías más modestas. Modestas en
principio, ya que algunos de los jardines que se presentan en ellas pueden ser
bastante más espectaculares que los de la categoría principal.
LOS
PATROCINADORES
El
patrocinador de un jardín de Chelsea tiene un perfil muy variado: bancos,
fabricantes de coches, grupos de comunicación, jefes de estado, compañías de
seguros, gobiernos extranjeros, organizaciones no gubernamentales, y hombres de
negocios de reputación intachable. En ocasiones, el patrocinador de los
jardines puede ser un ministerio, ayuntamiento o institución que busca
publicitar o patrocinar una causa célebre, como hacen este año un número de
agencias medioambientales británicas al patrocinar el jardín de Jo Thompson bajo
el lema de “Stop the Spread”. Este jardín busca concienciar a los ciudadanos de
los peligros latentes en las plagas importadas a las islas británicas y su
impacto sobre la fauna y flora local.
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Equipo del jardín diseñado por Jo Thompson. Fotografía de Yuko Tanabe |
LOS
DISEÑADORES
El
perfil de los diseñadores es muy amplio, pero todos tienen en común su
habilidad para seleccionar y trabajar con plantas, y su entrega total al jardín
como obra de arte completa. También es necesario un cariz mediático debido al
exhaustivo seguimiento que realiza la BBC y otros medios de este evento.
Chelsea
Flower Show no es para teóricos ni diseñadores de oficina, sino para
profesionales enamorados de las plantas dispuestos a ensuciarse las manos y
dejarse la piel por su jardín. Quizá el perfil más frecuente sea el de
jardinero u horticultor. Profesional que ha hecho carrera diseñando jardines
privados para las élites británicas después de estudiar en Kew Gardens. Pero
también se encuentran otros perfiles tales como el de Nigel Dunnett, Licenciado
en Horticultura y Ecología del Paisaje, Doctor por la Universidad de Sheffield
y padre del concepto de vegetación aplicado en el anillo olímpico londinense en
2012, con gran éxito por cierto. Otro perfil relevante es el de ChristopherBradley-Hole, ganador de cinco “Gold Medals” o Medallas de Oro, y dos “Best in Show”
o “Mejor Jardín Expuesto”, y el favorito a batir en su retorno a Chelsea
después de ocho años de ausencia (Nota: parece ser que la Reina se ha negado a
visitar su jardín este año en protesta por la pesada barandilla de madera que
impide el acceso al mismo).
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Jo Thompson y Leon Kluge. Fotografía de Yuko Tanabe |
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Tuko Tanabe en el jardín de Jo Thompson |
RECONOCIMIENTOS
Y PREMIOS
Curiosamente,
todos o ninguno de los participantes pueden ganar una “Gold Medal” por su
jardín. La razón está en que los jueces puntúan según una serie de criterios
objetivos, conocidos de antemano por los diseñadores, prestando especial
importancia a la calidad de la planta utilizada: su aspecto, condición y
aplicación respecto al programa previsto. Puede suceder que el “mejor jardín”,
juzgado desde el punto de vista compositivo, no gane nada, si la ejecución
material del mismo no es impecable en todos los aspectos o si los jueces
consideran que la vegetación se ha tratado de manera poco ejemplar o adecuada. En
cualquier caso, para muchos de los competidores, ganar una medalla de oro no es
más que un premio de consolación.
La
medalla en sí misma no es nada más que un trozo de cartón, pero sin ella es
imposible alcanzar el que todos desean: el “Best in Show”. Este es el verdadero
premio que hace y deshace reputaciones y carreras. Los participantes se juegan
nada menos que un cuarto de millón de euros en la construcción de un jardín que
será destruido en cinco días, si es que nadie adquiere el jardín para
llevárselo a casa, lo que sucede con cierta frecuencia.
Tradicionalmente,
la entrega de premios se produce de manera muy discreta, a solas con el
diseñador, en una esquina del jardín, quizá porque más de uno rompe a llorar
ante su fracaso o se desmaya ante su éxito. Este puede suponer un ascenso
meteórico en su carrera, con contratos editoriales, de radio, televisión y
prestigiosas comisiones para diseñar jardines particulares por todo el mundo.
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Profesor Nigel Dunnet trabajando en su jardín. Fotografía de Yuko Tanabe |
Sobre
Chelsea se suelen oir críticas, a pesar de que es un evento único, copiado en
numerosos países y ciudades, nunca igualado. Transmite todo tipo de valores
culturales, económicos y ambientales y es un nexo de relación social,
profesional y mediática sin igual, que alimenta las industrias del verde, la
jardinería, el ocio, el turismo, el editorial, televisivo y educativo. Con
frecuencia, los países donde la jardinería es popular o respetada, que
invierten en jardinería y su conservación, y donde esta es un fenómeno cultural
relevante, suelen gozar de mayor desarrollo económico y menores niveles de
desempleo.
A pesar de todo lo anterior el festival es poco conocido en nuestro país fuera de los círculos profesionales. Probablemente porque nuestra sociedad continúa sin comprender la relevancia cultural, social y económica de la horticultura, la jardinería y el paisajismo real.
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Christopher Bradley-Hole, a punto de terminar su jardín. Fotografía enviada por Yuko Tanabe |
Como
anécdota, comentar que el proyecto ganador español de la última Bienal del
Paisaje fue un trabajo de demolición y que en principio parece ser que la propuesta española para la próxima Bienal
de Venecia es un montón de escombros. Algunos podrían considerar que es todo un
signo de nuestra actitud ante el paisaje.
Quizá un día seremos capaces de construir nuestro propio
jardín en Chelsea, entre la élite. Concursos de jardinería en España: BilbaoJardín y Festival de Jardines de Allariz.
Los 15 participantes en la categoría de Garden Show 2013 aquí
Fotografías cortesía de Yuko Tanabe, Paisajista. Thanks!!
Noticia enviada por Gabino Carballo, Paisajista y Gestor de Proyectos. ¡Gracias!
Me ha encantado esta entrada, he aprendido mucho sobre el show. Gracias!
Gracias Sandra!
Gracias Sandra!
muy interesante y ameno
gracias
Fernando
Hombre, es cierto que lo de que el ganador de la Bienal fue un trabajo de demolición, pero en el caso del paisaje costero de nuestro país, quizá es la mejor intervención paisajística que podía hacerse.
Si es un indicador de nuestra actitud hacia el paisaje, ¡casi me alegro!. Eso significaría que estamos por la labor de deshacer algunos entuertos de la locura inmobiliaria.
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